Actuar cada jueves en el anfiteatro Pueblo Acantilado, ha sido una nueva y bonita experiencia. Un lugar mágico de por sí, cargado de libertad y tranquilidad por todos sus rincones…
Entrar a los restaurantes allí presentes, y comenzar a hacer magia, magia de la mente…doblar cucharas, tenedores…y regalarlos a los niños, es un ejercicio realmente precioso…ver como se quedan con los ojos que se les ponen en órbita, cada vez que ven doblarse una púa del tenedor o como la cuchara se les retuerce en su propia mano. Cuando ven eso, ponen la misma cara del que acaba de presenciar un “pequeño milagro“.
El idioma no es impedimento, a pesar de que hay diversidad de nacionalidades allí hospedadas (holandeses, italianos, ingleses, franceses y españoles claro…). La magia de la mente, es un idioma universal ya de por si…y además es para toda la familia. La magia te embelesa, te cautiva los 5 sentidos mientras estupefacto acudes a ver algo sobrenatural, y que mucha gente la presencia por primera vez…
Mención a un camarero, que me comentó que un niño pequeño, olvidó el tenedor doblado y de madrugada hizo ir a su madre a la otra parte del Pueblo Acantilado para ir a recogerlo, ya que no podía-quería dormir sin el… Cosas así son las que a uno realmente le llenan el alma de positividad…
Antes de despedirme, con un “hasta pronto“, me gustaría agradecer a todos los restaurantes, que me han brindado la oportunidad de poder hacer magia a sus clientes:
-”El pontet”
-”Chiesa”
-”La Barbacoa”
-”La taberna de Don José”
En todos estos restaurantes me he sentido como en casa, gracias al buen hacer y amabilidad de todos sus “equipos”.
Agradecer también a todo el equipo de “Pueblo Acantilado” el buen comportamiento y trato conmigo, desde camareros, recepcionistas, encargados de mantenimiento, y en especial a Pablo Guzmán, por haber confiado en mi para llevar magia a un lugar ya de por si mágico, como es el “Pueblo Acantilado”. Ha sido un placer, y espero que muy pronto nos volvamos a ver allí…
No me gustaría acabar sin contar algo que me sucedió allí:
Hace unas semanas, allí me vi “rodeado” en un instante por niños: holandeses, italianos, franceses, alemanes, etc… todos formaban un corro a mi alrededor, y todos vieron como cucharas y tenedores se doblaban a 2 centímetros de sus ojos…no hizo falta decir nada…ni una sola palabra. Porque un sueño vale mas que mil palabras, el sueño de ver algo increíble delante de sus ojos…
Así es la magia, el lenguaje universal de la magia… Creer para ver!!!
Gracias y hasta pronto!!!
Toni Bright
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